Esta es una fracción de mi vida, cuando iba a la universidad en la carrera de Informática.

Mi madre fue dejada por mi padre y ella como muchas mujeres se quedaron ahí, vieron un fracaso en vez de una oportunidad, yo probablemente no hubiera estudiado nunca en la universidad si no hubiera "madurado" prematuramente. Buscando una opción ya que vivía en un pueblo literalmente pobre, que subsistían principalmente del cacao (la fruta con que se hace el chocolate) me mude con un tío (hermano de mi mamá) que estaba en un pueblo un poco mas desarrollado, había transporte directo a la universidad (un lujo) para ir desde casa de mi mama tomábamos 3 vehículos era casi 2:30 horas de viaje y eso era solo de ida.

Este tío era empleado de la alcaldía, cobraba sueldo básico. Sin embargo me dedique a estudiar, estudiaba horas y horas diarias, me regañaban porque estudiaba mucho (ilógico pero cierto) se burlaban de mi y me decían Jimmy Neutron. Un día lo confronte y le dije que si estudiaba hoy, trabajaba mañana y si trabajaba mañana no estaría en el camino de la rata (metáfora de un libro, pero cierto) el siempre peleaba con su hijo mayor con palabras fuertes y poco alentadoras (inútil era una palabra que era muy frecuente escuchar en su vocabulario). El caso es que mi primo (su hijo) nunca pudo terminar el ciclo de bachillerato y menos la universidad, aveces las palabras tienen tanto impacto en las personas que hieren de una manera certera que ni el daño físico es tan dañino, por eso es importante medir nuestras palabras y que impacten nuestras acciones.

Eso me hace recordar a un muy buen profesor de la universidad, pero de una manera opuesta aunque hablé pocas veces con el creo que de todos los profesores fue quien mas impacto en mi persona y en mi carrera como programador. En una ocasión dijo que formáramos equipos, con quien queríamos salir de la universidad, pero para graduarnos. Una frase sencilla pero potente si le prestamos atención, también nos decía que si desarrollábamos nuestro propio código íbamos al final del día saber que estamos haciendo, cuando nos toque defender lo podíamos hacer mas plácidamente porque es algo que construimos con las manos nosotros mismos, con cariño, con dificultades pero con ganas de graduarnos. La constancia es la madre de el éxito y no importa en las circunstancias que nos encontremos siempre debemos tener presente el objetivo que queremos alcanzar, en esa oportunidad era graduarme, actualmente me encuentro en otro país viviendo de mi profesión y siempre agradeciendo a personas como mi tío y como el profesor.

En conclusión quiero que tengamos claro que queremos, que haremos para conseguirlo y sin importar nada ni nadie.  Debemos luchar por nuestros objetivos, aveces debemos ver las cosas desde otro ángulo o perspectiva y adaptarla para nuestro bien.